Ecuador, uno de los países latinoamericanos más azotados por la pandemia de covid-19, superó este viernes las 3.000 muertes por coronavirus, informó el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos.
"Desafortunadamente (tenemos) 3.056 personas fallecidas" por coronavirus, expresó Zevallos en una rueda de prensa virtual, en la que informó que el país tiene 35.828 casos confirmados de la covid-19.
El gobierno reporta, además, otros 1.892 fallecidos probables por el virus. Y, de acuerdo con el último balance, 3.536 personas se han recuperado de la enfermedad que ha golpeado particularmente a la provincia de Guayas, en el litoral pacífico.
Esa provincia concentra el 50% de los casos y la mayoría de fallecidos. Su capital, Guayaquil, se convirtió en el epicentro de la pandemia en Ecuador, al concentrar más de 9.300 casos de la covid-19.
Desde que la presencia de virus fuera declarada en el país, el 29 de febrero, los sistemas sanitario y mortuorio colapsaron en esa ciudad costera, dejando a inicios de abril imágenes de cadáveres en casas y calles.
En Guayas, el pico diario de fallecimientos por diversas causas llegó a sobrepasar los 700, reduciéndose a un promedio de 85 en mayo, según el estatal Registro Civil.
Para frenar el avance del coronavirus, el gobierno de Ecuador declaró a mediados de marzo el estado de excepción, suspendió las clases y la jornada de trabajo presencial. Además impuso un toque de queda de 15 horas diarias.
Tras nueve semanas de confinamiento, Guayaquil inició la fase de desconfinamiento al retomar este miércoles algunas actividades productivas, siguiendo un sistema de semáforo implementado por el gobierno para diferenciar el peligro en las distintas zonas del país.
La alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, ha advertido que el inicio del desconfinamiento con el semáforo en amarillo no implica el fin de la emergencia, y que en caso de un rebrote su ciudad retomaría medidas de cuarentena.
La ministra de Gobierno (Interior), María Paula Romo, indicó este viernes, en la misma rueda de prensa, que 15 de los 221 cantones de la nación pasaron de rojo a amarillo en el sistema de semáforo. Solo una localidad amazónica ha pasado al verde, que implica menos restricciones en la movilidad, cinco horas de toque de queda y el trabajo presencial con un 70% del personal